HISTORIA DE UN QUINTETO
Conocí al quinteto de bronces de la Escuela de Música Benjamín Herrera, el día de su concierto llamado Sinfonía en el Museo, una presentación de ciudad que realiza la Red de Escuelas de Música de Medellín en convenio con el Museo de Antioquia, todos los terceros jueves del mes. Desde el principio me llamó la atención la disciplina y la alegría con la que interpretaban los diferentes géneros musicales.
Aquel día no pude hablar con ellos; fue hasta octubre que en su muestra pedagógica pude abordarlos y conversar en la rústica acera que hace parte de la Institución Educativa Santísima Trinidad en donde está ubicada la Escuela Benjamín Herrera.
Desde el principio se mostraron alegres con la entrevista y con muchas risas me contagiaron de esperanza, de libertad, de calma; sensaciones que para ellos son adjetivos primordiales cuando quieres hablar de la Red.
Como si estuvieran en concierto, se sentaron en orden de instrumentos. Las trompetas juntas, luego la tuba, el corno y finalmente el chico de la vara, al que luego tendríamos que felicitar porque estaba de cumpleaños.
Adrián, Samuel, José, Luna y Juan Camilo participan en el quinteto hace aproximadamente un año, una iniciativa que formó el profesor de trombón Juan Esteban Piedrahíta y en el que ensayan juiciosamente todos los martes.
“El quinteto fue una propuesta alternativa en el que buscábamos la forma de no perder la costumbre de ensayar, porque en ese momento no teníamos director y las agrupaciones pequeñas nos permitía tener orden y disciplina en la escuela” agregó José Vélez, tubista del quinteto.
Me preocupaba entrevistarlos individualmente porque no quería que se fueran a aburrir esperando, así que con preguntas colectivas todos empezaron a hablar de sus experiencias como alumnos de su escuela.
Adrián es el más pequeño, es trompetista desde hace cuatros años e integrante de la Orquesta Sinfónica Inicial. Su pasión y disciplina por este instrumento han logrado que ganara el respeto de sus compañeros que llevan muchos más años en la Red.
“La trompeta no es difícil. La clave es la dedicación porque te permite mantener la técnica, sobre todo en las notas agudas que son las más que más disfruto hacer” dijo Adrián.
Igual que Adrián, Samuel, otro trompetista que lleva ocho años en la Red afirma que “la trompeta es la melodía de los bronces, sin ella talvez la música colombiana no sería tan colombiana y la latina no tendría tanto sabor”.
José Vélez, es el mayor de grupo de metales y fue quien me ayudó a reunir a sus compañeros para la entrevista. El tubista lleva en la Red 13 años y cree que tocar en grupos de cámara es más factible, por el transporte, por el orden y por los escenarios, asegura también que “la tuba es la base, es un instrumento que calma las emociones de quien escucha. En lo personal, las vibraciones de instrumento producidas por su sonido, me dan paz y creo que al público también”
En la Escuela Benjamín Herrera no había cornista para el momento de construcción de este proyecto, por eso Luna se integró como parte del quinteto. Ella tiene 17 años y pertenece a la Red desde hace 8 años, en la Escuela Belén Rincón.
“Imaginé que integrar el quinteto sería una experiencia nueva y enriquecedora para mi vida. Y fue así, aunque quiero a mi escuela, porque es mi familia, con los muchachos he construido lazos para toda la vida” me dijo Luna.
José dice que “la música te enseña a trabajar en grupo, no solo en las escuelas, sino también en las agrupaciones integradas. Los pensamientos diferentes en la Red no chocan, si no que te acoplan en función de ser mejores”. Por eso el quinteto es como una familia.
Juan Camilo Foronda, tiene 16 años y lleva siete en la Red. Es el cumpleañero de esta historia, nos enteramos porque cuando le pregunté hace cuánto estudiaba en Benjamín Herrera no lograba sacar las cuentas y sus compañeros entre risas celebraban su natalicio.
Podría decir que es el más tímido de los cinco, pero la fuerza con la que interpreta su instrumento compensan la timidez con la que respondió mis preguntas. Para él, el trombón es su vida. No sabe cómo se enamoró de él, pero cada que lo besa para sacarle una melodía, parece escuchar ese misterioso y dulce sonido de su pasión por la música.
Nos quedamos en la acera alrededor de una hora, mientras sus otros compañeros de agrupaciones comían el refrigerio.
José me contó que la Red ha transformado su espacio, porque “en Barrio Antioquia hay muchos ejemplos de vida, pero la gran mayoría no son buenos. En la escuela no aprendemos lo mismo que en el colegio, aquí se consigue algo diferente y es la seguridad”
En la Red, nos identificamos con los entornos protectores y seguro mis compañeros se hubieran emocionado mucho al ver las caras de todos cuando José nos contaba sobre los espacios tranquilos y sin líos, alejados de los problemas de afuera, como los cubículos que para Adrián son “el mejor recurso que un músico tiene para crear, porque puede gritar pero con el instrumento”.
Samuel, el trompetista dijo que los nervios hacen únicos los conciertos, pero también las risas, por eso esta entrevista con el Quinteto de Bronces de Benjamín Herrera se convirtió en nueva historia por contar.
Por: Daniela Cortés Jaramillo
Periodista